Por Leo Agusto, ciudadano sin cartas credenciales (electorales)
El PRI anda muy contento porque obtuvo la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. Ahora sí, podrá hacerle, y a gusto, manita de puerco al presidente Calderón. Los demonios, esos que antes andaban sueltos, ahora han soltado los rumores de su búsqueda de carteras en el gobierno federal.
Germán Martínez, el líder del comatoso PAN, pasó de gallo de pelea a chivo expiatorio en menos de 72 horas (hábiles). Con tremenda grilla interna el panismo sólo alcanza a visualizar siete días de su propio futuro o cuando se designe al nuevo presidente del PAN, aquél que sea capaz de sacarlo del área de terapia intensiva o le procure cristiana sepultura política.
En materia de política económica PRI y PAN han sido dos caras de una misma moneda o como dicen los cubanos, un mismo perro con dos collares diferentes.
En el PRD no saben si culpar a la pequeña Mariana o la izquierda mexicana que en estas y muchas otras elecciones se ha quedado sin representación, no se diga en el Congreso de la Unión, en los municipios y delegaciones donde el término izquierda es un adorno en el discurso y un afiche de Gandhi o quién sea para despistar incautos.
El gran perdedor es el 65% de ciudadanos mexicanos que les valió madre ir a votar por los mismos políticos de siempre, o sus hijos, parientes, esposas, amantes, novias, novios, cuates y/o compadres.
El argumento fácil para justificar el abstencionismo es que se trata de elecciones intermedias, donde aparentemente, para el ciudadano no está en juego nada.
Pero el reclamo es otro y el Estado no puede ni quiere escucharlo porque se demosmorona.
Posted in Elecciones 2009
